Introducción
La creatina monohidratada ha sido injustamente simplificada: se la asocia con músculos grandes y gimnasios llenos, cuando en realidad es una de las moléculas bioenergéticas más potentes y versátiles del cuerpo humano. Detrás de cada repetición, sprint o pensamiento rápido, hay un sistema invisible que recicla energía a una velocidad casi instantánea: el sistema fosfocreatina. Comprender cómo funciona este compuesto —desde su absorción intestinal hasta su papel en la regeneración del ATP muscular y cerebral— es entender la base fisiológica del rendimiento humano.
Hoy, la creatina no es solo un suplemento de atletas: es una herramienta de longevidad, neuroprotección y eficiencia metabólica. Su uso estratégico puede mejorar tanto la cognición como la composición corporal, con una base científica tan sólida que pocos compuestos nutricionales pueden igualarla.

1. Mecanismo Fisiológico de la Creatina (Absorción, Metabolismo y Almacenamiento Celular)
La creatina monohidratada en polvo se absorbe casi en su totalidad (≈99%) a nivel intestinal, ingresando rápidamente al torrente sanguíneo . Menos del 1% de la dosis se degrada a creatinina durante el tránsito digestivo, ya que la creatina es bastante estable a los pH corporales durante la digestión . Una vez en circulación, la creatina es transportada activamente al interior de los tejidos –principalmente el músculo esquelético (que almacena ~95% de la creatina corporal)– mediante un cotransportador específico de sodio y cloruro conocido como transportador de creatina (gen SLC6A8) . Dado que este transporte conlleva el movimiento de sodio, agua intracelular ingresa junto con la creatina para mantener la osmolaridad, provocando cierta retención de agua intracelular y aumento del volumen de las células musculares .
Dentro de la fibra muscular, la creatina libre es rápidamente fosforilada por la enzima creatina cinasa (CK) para formar fosfocreatina (PCr), un compuesto de alta energía que sirve como reservorio inmediato de fosfatos para regenerar ATP a partir de ADP durante esfuerzos intensos de corta duración . Aproximadamente 40% de la creatina intramuscular permanece en forma libre y ~60% en forma de fosfocreatina . Este sistema creatina–PCr permite almacenar energía química en el músculo y liberarla rápidamente cuando se demanda un ATP extra durante actividad física extrema . Cada día una parte del pool de creatina (cerca de 1–2 gramos) se degrada espontáneamente a creatinina, la cual es excretada por los riñones . Por ello, el organismo requiere un aporte diario (ya sea por síntesis endógena a partir de aminoácidos, ingestión de alimentos como carnes, o suplementos) para mantener sus depósitos. Una dieta omnívora típica aporta ~1–2 g/día de creatina, lo que mantiene las reservas musculares al ~60–80% de su saturación total . La suplementación con creatina permite sobresaturar el músculo y elevar las concentraciones de creatina/PCR ~20–40% por encima de los niveles basales , incrementando así el potencial energético disponible en esfuerzos breves de alta intensidad.
2. Efectos en la Salud de la Población General
En individuos de la población general (más allá del ámbito deportivo), la suplementación con creatina monohidratada ha mostrado múltiples efectos beneficiosos respaldados por evidencia científica:
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Función cognitiva: Diversos estudios sugieren mejoras en el rendimiento cognitivo con creatina, especialmente en tareas de memoria y atención en adultos mayores . Por ejemplo, en cinco de seis estudios con adultos mayores sanos se observaron puntuaciones cognitivas superiores (memoria, rapidez mental) en quienes recibieron creatina versus controles . Estos hallazgos vinculan la creatina con un posible efecto neuroprotector o de apoyo energético cerebral, dado que el cerebro también utiliza creatina para reciclar ATP en neuronas.
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Envejecimiento y sarcopenia: La creatina podría mitigar algunos efectos del envejecimiento. Se ha documentado que su uso a largo plazo, en combinación con ejercicio, ayuda a preservar la masa y función muscular en adultos mayores, combatiendo la sarcopenia (pérdida de masa muscular) . Asimismo, se investiga su potencial neuroprotector en enfermedades neurodegenerativas y su capacidad de mejorar la densidad ósea indirectamente al permitir mayor actividad física en ancianos. Estos efectos anti-edad posicionan a la creatina como un suplemento prometedor para un envejecimiento saludable.
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Composición corporal: En población general activa, la creatina favorece cambios corporales hacia una mayor masa magra. Meta-análisis indican que quienes suplementan creatina (junto con entrenamiento) ganan más masa muscular libre de grasa y presentan reducciones ligeras en el porcentaje de grasa corporal, en comparación con no suplementar . Parte de la ganancia inicial de peso con creatina se debe a mayor agua intracelular en el músculo (lo cual no equivale a grasa); a largo plazo, la creatina posibilita entrenamientos más intensos que conducen a mayor hipertrofia muscular real.
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Salud metabólica: Existe evidencia de que la creatina mejora parámetros metabólicos, especialmente cuando se combina con ejercicio. En personas con resistencia a la insulina o diabetes tipo 2, la suplementación más entrenamiento se asoció con mejor control glucémico (menor glucosa sanguínea y HbA1c) y una mayor captación de glucosa por el músculo . Además, la creatina podría atenuar la pérdida muscular en contextos de síndrome metabólico u obesidad, apoyando la salud general. Importante destacar que los estudios clínicos no han encontrado efectos adversos consistentes de la creatina sobre la función renal o hepática cuando se usa en dosis adecuadas , respaldando su seguridad en poblaciones saludables.
3. Efectos en Atletas y Entrenamiento de Fuerza/Alta Intensidad
En deportistas y personas que realizan entrenamiento de fuerza o actividades anaeróbicas, la creatina monohidratada es uno de los suplementos con mayor respaldo científico, produciendo mejoras significativas en rendimiento y adaptaciones musculares. Sus principales beneficios ergogénicos incluyen:
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Aumento del rendimiento anaeróbico (fuerza y potencia): La creatina eleva las reservas intramusculares de fosfocreatina, lo que incrementa la capacidad de generar ATP rápidamente durante esfuerzos máximos. En la práctica, esto se traduce en mayores niveles de fuerza y potencia explosiva, permitiendo levantar cargas más pesadas o generar sprints más veloces . Numerosos estudios muestran que sujetos que toman creatina pueden realizar más repeticiones a alta intensidad y con mejor calidad, retrasando la fatiga neuromuscular en comparaciones contra placebo . En términos cuantitativos, se han observado mejoras del 5–15% en pruebas de fuerza máxima y potencia tras la saturación con creatina, dependiendo de la tarea y el protocolo estudiado.
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Mayor resistencia anaeróbica: Además de la potencia pico, la creatina mejora la capacidad de sostener esfuerzos anaeróbicos repetidos. Al incrementar el pool de fosfocreatina disponible, el músculo puede resintetizar ATP por más tiempo durante series sucesivas de ejercicio de alta intensidad antes de agotar sus reservas . Esto permite, por ejemplo, realizar algunos segundos más de esprint o efectuar varias series explosivas con menor caída de rendimiento entre ellas. En estudios de sprints e intervalos, quienes suplementan creatina mantienen potencias más altas en esfuerzos subsiguientes en comparación con no suplementados , reflejando una mejor resistencia en el rango anaeróbico.
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Hipertrofia y ganancia muscular: La creatina facilita un mayor incremento de masa muscular cuando se combina con entrenamiento de resistencia. Meta-análisis han encontrado que suplementar con creatina amplifica las ganancias de masa magra en comparación al entrenamiento solo . Los mecanismos incluyen mayor volumen de entrenamiento (al poder entrenar más intenso), aumento de la hidratación celular (que puede señalizar síntesis proteica) y una recuperación mejorada que permite acumular más estímulo anabólico. Con varias semanas de uso, suele observarse un aumento de peso corporal magro de ~1–2 kg en usuarios de creatina, además de las adaptaciones normales por el entrenamiento . También se ha reportado que la creatina puede incrementar ligeramente el tamaño de las fibras musculares de tipo II (rápidas) en protocolos de entrenamiento de fuerza a largo plazo.
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Mejora de la recuperación muscular: La suplementación con creatina parece acelerar la recuperación post-ejercicio intenso. Se han observado menores niveles de marcadores de daño muscular e inflamación (p. ej., creatina quinasa sérica, IL-6) tras sesiones extenuantes en sujetos que tomaron creatina en comparación con placebo . Esto sugiere que la creatina ayuda a reparar más rápidamente las fibras musculares y a reponer los depósitos de energía (ATP y fosfocreatina) luego del ejercicio. Consecuentemente, los atletas pueden entrenar con mayor frecuencia o soportar cargas elevadas con menor riesgo de sobreentrenamiento. En síntesis, la creatina potencia tanto el rendimiento agudo como la adaptación crónica al entrenamiento en disciplinas de alta intensidad.
4. Dosis Recomendada, Estrategias de Carga/Mantenimiento y Absorción Óptima
Dosis y protocolos: La dosis típicamente recomendada de creatina monohidratada para adultos es de 3–5 gramos diarios(dosis de mantenimiento) para sostener niveles elevados intramusculares una vez alcanzada la saturación . Un protocolo común es iniciar con una fase de carga de 5–7 días a ~20 g/día (divididos en cuatro tomas de 5 g), seguida de una fase de mantenimiento de 3–5 g/día . Esta estrategia de carga permite aumentar rápidamente (~en una semana) el contenido de creatina muscular en ~20–40% , logrando beneficios ergogénicos más inmediatos (aunque a menudo con ~1–2 kg de aumento de peso inicial por agua) . No obstante, no es indispensable cargar: ingestiones diarias pequeñas (3–5 g) también elevan gradualmente los depósitos musculares al máximo en ~3-4 semanas . Para muchos usuarios recreativos, la suplementación continua sin fase de carga es suficiente para obtener resultados, evitando el súbito incremento de peso. En individuos de mayor masa corporal magra, dosis ligeramente mayores (por ejemplo 0.1 g/kg/día) pueden ser adecuadas para mantenimiento. Es importante señalar que dosis muy elevadas de una sola vez (>10 g) no mejoran la absorción y podrían causar malestar gastrointestinal (p. ej., diarrea) ; por ello, las dosis diarias grandes deben fraccionarse en tomas más pequeñas a lo largo del día.
Optimización de la absorción: La creatina monohidratada se disuelve moderadamente en agua (≈14 g/L a 20°C) y su absorción intestinal es eficiente por sí sola. Sin embargo, ciertos cofactores dietéticos pueden mejorar su transporte hacia el músculo. Estudios clásicos demostraron que ingerir creatina junto con una fuente abundante de carbohidratos simples produce una mayor acumulación de creatina intramuscular, debido al estímulo de la insulina . La insulina facilita la captación de creatina por los miocitos activando el transportador SLC6A8, de modo que estrategias como tomar la creatina post-entrenamiento acompañada de carbohidratos o con una comida rica en carbohidratos/proteínas pueden maximizar su retención muscular. Por ejemplo, la co-ingestión de ~50-100 g de carbohidrato ha mostrado aumentar la creatina muscular en comparación con tomarla solo con agua. En la práctica, muchos atletas la consumen junto con su batido de proteína y carbohidrato después de entrenar para optimizar tanto la resíntesis de glucógeno como la carga de creatina . Cabe destacar que la solubilidad de la creatina en líquidos calientes es mayor, pero esto no influye en su efectividad fisiológica ; lo crítico es asegurar la constancia diaria en la suplementación. Finalmente, mantenerse bien hidratado y adherir a productos de calidad garantizan una mejor asimilación y minimizan riesgos. En resumen, 3–5 g diarios de creatina monohidratada (pura, en polvo) constituyen una dosis segura y efectiva para la mayoría de adultos, pudiendo optar por una breve fase de carga opcional para beneficios más rápidos, y acompañando su ingesta de una fuente de carbohidratos para optimizar la absorción y el anabolismo muscular.
5. Glosario Técnico
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Fosfocreatina (PCr): molécula de creatina unida a un grupo fosfato de alta energía. La fosfocreatina se almacena principalmente en el músculo (y en menor grado en cerebro) y funciona como un buffer energético que permite regenerar ATP de forma casi instantánea durante la contracción muscular intensa . Cuando el ATP se consume y se convierte en ADP, la fosfocreatina cede su fosfato al ADP para re-sintetizar ATP, sosteniendo la contracción por unos segundos adicionales (sistema de energía anaeróbico aláctico). Las reservas de PCr se agotan tras ~10–15 segundos de esfuerzo máximo, momento en que disminuye la potencia. Una mayor concentración inicial de fosfocreatina (p. ej. mediante suplementación) retrasa la fatiga y permite ejercer fuerza explosiva por más tiempo .
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Retención de agua intracelular: fenómeno por el cual las células musculares incrementan su contenido de aguacomo resultado de la acumulación de creatina. La creatina es osmóticamente activa e higroscópica, de modo que atrae agua hacia el interior celular . En los primeros días de suplementación a dosis altas (fase de carga), es típico un aumento rápido de peso de ~1–2 kg principalmente por mayor volumen de agua en el músculo (no confundir con ganancia de grasa) . Esta hidratación celular adicional puede ser beneficiosa, ya que una célula bien hidratada favorece las rutas anabólicas de síntesis proteica y reduce la degradación muscular . La retención hídrica por creatina ocurre mayoritariamente a nivel intracelular (dentro del músculo), y no tanto en el espacio extracelular, por lo que no suele provocar edema generalizado. A largo plazo, varios estudios muestran que la creatina no altera el agua corporal total de forma significativa más allá de las adaptaciones musculares logradas . Es decir, el efecto de “hinchazón” es principalmente transitorio e intracelular. Mantener una ingesta adecuada de líquidos y electrolitos mientras se toma creatina ayuda a equilibrar esta distribución hídrica.
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SLC6A8 (transportador de creatina): proteína de membrana (también llamada CreaT o CT1) encargada de la captación activa de creatina desde el torrente sanguíneo hacia el interior de las células, en particular en músculo esquelético y cerebro . Pertenece a la familia de cotransportadores dependientes de sodio y cloruro (SLC6), lo que significa que mueve moléculas de creatina acopladas al transporte de iones sodio (Na^+) y cloruro (Cl^-) a favor de sus gradientes. Este mecanismo activa un arrastre osmótico de agua (ver retención de agua intracelular arriba) y concentra la creatina dentro de la fibra muscular contra gradiente de concentración . El gen SLC6A8 codifica esta proteína transportadora; mutaciones que lo inactivan provocan el síndrome de deficiencia del transportador de creatina, caracterizado por muy bajos niveles de creatina en el cerebro y músculos, retraso cognitivo y debilidad muscular . En individuos sanos, la actividad de SLC6A8 es regulada por la disponibilidad de creatina (se saturará cuando los depósitos musculares estén llenos) y por la acción de la insulina, que puede aumentar la translocación de estos transportadores a la membrana celular facilitando la entrada de creatina. En síntesis, SLC6A8 es la “puerta de entrada” de la creatina a las células, imprescindible para que el suplemento ingerido ejerza sus efectos biológicos.
Referencias (Formato APA)
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